El ácido fólico también llamado folato, es una vitamina del complejo B que podemos encontrar en hortalizas de hoja verde, brócoli, cereales de desayuno enriquecido, pan, frutos secos, legumbres, plátanos, extracto de levadura y espárragos. Esta vitamina es fundamental para llevar a cabo todas las funciones de nuestro organismo, como la formación de glóbulos rojos, la fabricación de ADN, la síntesis de proteínas, tejido del cuerpo y otros procesos celulares.
La malnutrición es la causa más común de la deficiencia de ácido fólico y cobalamina (vitamina B12). Si no lo es consumido podemos padecer anemia, pérdida de apetito, trastornos digestivos, retraso en el crecimiento, úlceras.
También se utiliza antes de la concepción y durante el embarazo. Todas la mujeres embarazadas deben de tomar ácido fólico, ya que su carencia podría llegar a malformaciones congénitas en el feto, que consisten en el desarrollo incompleto del cerebro y de la médula espinal.
Un estudio realizado en Santiago de Chile en el que se incluyeron a nueve maternidades públicas, considerando todos los nacidos vivos (59.627) y mortinatos (455) durante 1999, encontró una incidencia global de 1,56 x 1.000 nacidos vivos. De ellos el 57% eran de sexo femenino, 42% masculino y 1% de sexo ambiguo. La espina bífida fue el defecto más frecuente, con una incidencia de 0,76 x 1.000 nacidos vivos, seguida de la anencefalia con un 0,62 x 1.000 y la encefalocele con un 0,18 x 1.000.
Este estudio marca la base para evaluar el impacto de la fortificación de ácido fólico en harina, comenzada en Enero de 2.000.
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Alfonso Martínez
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