Nuestro hígado es el principal órgano que cumple con diferentes funciones, pero si llevamos una mala alimentación, los órganos son los más afectados. Por lo que, es necesario limpiarlo de las toxinas que lo puedan afectar, provocando enfermedades como el hígado graso. Ayuda a la limpieza de tu hígado mediante la alimentación.

Evita alimentos que resulten dañinos para salud del hígado.

Las comidas procesadas con alto contenido en conservantes y las grasas nocivas (colesterol) pueden congestionar el hígado y saturarlo con residuos grasos. Depura el hígado evitando los alimentos procesados y con alto contenido en grasa para permitir que deseche las sustancias nocivas acumuladas en él y que sus células se regeneren.

Evita las comidas rápidas. Especialmente, intenta evitar los fritos, los embutidos y las conservas de carne (salchichas, bacón, albóndigas de lata, etc.).

Evita las grasas nocivas. Hay que evitar las carnes rojas grasas, los alimentos fritos y los lípidos procesados, ya que pueden obstruir el hígado. Dentro de las grasas procesadas se incluyen la margarina, la manteca y los aceites hidrogenados.

Evita los edulcorantes. Los colorantes y los conservantes. Es mejor optar por alimentos naturales a la hora de depurar el hígado.

Alimentos grasos. Este tipo de productos tienen muchas calorías y aumentan los niveles de triglicéridos lo que daña directamente al hígado. Reduce el consumo de manteca de cerdo, mantequilla, crema, piel de pollo, aderezos cremosos y mayonesa.

Comida rápida. Es una mezcla de sodio y calorías, por lo que su consumo excesivo genera una acumulación de grasa en el hígado, lo que contribuye al daño hepático.

Azúcar. La ingesta de los refrescos, dulces, jarabe de maíz y postres son un factor de riesgo para detonar las enfermedades hepáticas como la fibrosis.

Proteínas. Las dietas altas en proteínas aumentan el funcionamiento del hígado porque debe eliminar las toxinas que se forman cuando la proteína se digiere, lo que favorece el desarrollo de cirrosis o cáncer de hígado.

Sal. El consumo en exceso aumenta la presión arterial y aumenta el riesgo de padecer hígado graso. Revisar la cantidad de sodio de los productos que compras y reduce el consumo de alimentos procesados como el tocino y las salchichas.

Bebidas alcohólicas. Cuando el hígado tiene que procesar mucho alcohol, las funciones normales del hígado se tienen que interrumpir, lo que lleva a un desequilibrio químico y la destrucción de células hepáticas y puede generar hígado graso, hepatitis o cirrosis.

Alimentos que debemos consumir más para cuidar nuestro hígado.

Alimentos de hoja verde. Uno de nuestros aliados más poderosos para la limpieza del hígado, son las verduras de hoja verde que se pueden comer crudos, cocidos o en jugo. Extremadamente altas en clorofilas de plantas, las verduras verdes literalmente absorben las toxinas ambientales en el torrente sanguíneo. Con su capacidad distinta a neutralizar metales tóxicos, productos químicos y pesticidas, estos alimentos desintoxicantes ofrecen un mecanismo poderoso de protección para el hígado.

Aguacate. Con una alta densidad de nutrientes, este súper alimento ayuda al cuerpo a producir glutatión, necesario para que el hígado limpie las toxinas dañinas.
Estudios recientes indican un mejoramiento en la salud del hígado cuando los aguacates se comen con regularidad.

Lima y limón. Estas frutas cítricas contienen unas cantidades muy elevadas de la vitamina C, que ayudan al cuerpo en la síntesis de la materia tóxica a una sustancia que puede ser absorbida por el agua. Bebiendo jugo de limón o de lima recién exprimido por la mañana ayuda a estimular el hígado.

Otros alimentos buenos para el hígado

  • Frutas y verduras crudas (o en jugos) ricos en vitaminas C (cítricos, fresas, piña, kiwi, col, perejil, etc.) y A (zanahorias, pimientos, etc.).
  • Hidratos de carbono compuestos como los procedentes en cereales integrales (trigo, avena, pan integral), patatas, frutas (especialmente las uvas), y verduras) para que el hígado pueda aumentar su reserva de azúcares.
  • Pescados blancos a la plancha o al vapor y algas wakame y espirulina por su riqueza en vitamina B12.
  • Alimentos ricos en folatos como las verduras de color naranja y verde oscuro (zanahorias, tomates, acelgas), el aguacate, el pan de centeno y la levadura de cerveza.
    Aceite de pescado porque es rico en vitamina K.
  • Aceite de oliva virgen, siempre crudo, aliñando ensaladas y verduras, ya que es un verdadero remedio terapéutico para el hígado.
  • Ensaladas de: rábanos, diente de león, apio, perejil, tomate, cebolla cruda, pimiento rojo, escarola, lechuga.

Equipo de redacción
Alfonso Martínez
Naturista y fitoterapeuta

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