Olivo

Del olivo se utilizan sus hojas, aunque también popularmente se emplea el aceite obtenido de los frutos. Hoy en día el consumo de este aceite forma parte de la gastronomía.

Los orígenes del cultivo y aprovechamiento del olivo son de las cotas de Siria, Líbano e Israel hace más de 4000 años. Su llegada a España se produjo con los fenicios (1050 a.C.). Con el imperio romano y posteriormente con los árabes se manejaron técnicas de cultivo y extracción, surgieron nuevos usos culinarios y diversos términos castellanos como aceite, almaraza, alpechín, etc. Actualmente, aunque el descubrimiento de América extendió su cultivo, y la geografía productiva se asemeja a la de sus orígenes mediterráneos, siendo la Unión Europea el mayor productor de aceite de oliva del mundo, con un 80% del total.

Entendemos por aceite de oliva virgen el zumo oleoso obtenido de las aceitunas en muy buenas condiciones de madurez procedentes de un olivo sano, evitando todo tratamiento mecánico, físico y en especial térmico, que altere la naturaleza química de sus componentes. Así el reconocimiento del valor nutritivo del aceite de oliva ha pasado al estudio y conocimiento de las cualidades de la Dieta Mediterránea, tanto por el tipo de grasa mayoritario en su composición como por su contenido en sustancias antioxidantes.

El aceite de oliva, además de tener un gran valor nutritivo, ejerce una acción colagoga, hipocolesterolemiante, ligeramente laxante y emoliente en acción tópica.

Se han descrito muchas propiedades del aceite de oliva, como el que ayuda a proteger la mucosa del esófago de la acidez existente en el contenido estomacal y favorece la digestión y absorción de nutrientes en el intestino. Además de que ayuda a reducir el riesgo de enfermedad coronaria al disminuir el colesterol total y el LDL (malo) y a mantener o aumentar el colesterol HDL (bueno), y mejora el control metabólico de la diabetes.

Sin embargo, así como el zumo obtenido de las aceitunas, es decir, el aceite de oliva tiene beneficios para la salud, así las hojas del olivo.

Tras el consumo de una dieta rica en grasas y en carbohidratos (52% de carbohidratos y 24% de grasas), se realizó un estudio en ratas durante 16 semanas, donde las ratas desarrollan signos de síndrome metabólico, que incluyen un aumento en la acumulación de grasa a nivel hepático y abdominal, en la acumulación de colágeno en corazón e hígado, en la rigidez cardíaca y en los marcadores de estrés oxidativo. Además, disminuye la reactividad aórtica, disminuye la tolerancia a la glucosa y aparece un perfil lipídico anormal e hipertensión. Sin embargo cuando, a partir de la octava semana, se suplementó la alimentación con un 3% de extracto etanólico de hoja de olivo (Olea europaea L.) se consiguió normalizar o mejorar los signos cardiovasculares, hepáticos o metabólicos, con la excepción de la presión sanguínea.

Finalmente, el aceite de oliva se ha convertido en un alimento muy importante de la Dieta Mediterránea, una dieta que es considerada de las más recomendables y saludables.

Fuentes.
http://www.nutricion.org/publicaciones/pdf/aceite_de_oliva.pdf
fitoterapia.net

 

Diana
Equipo de redacción
Alfonso Martínez
Naturista y fitoterapeuta

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