La obesidad es la enfermedad metabólica más persistente en el hombre y la mujer, considerada desde 1998 epidemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Es uno de los principales problemas actuales, ascendente, y progresivo para todos los países y regiones. Afecta por igual etnias, sexos y edades, y posee en forma directa o indirecta una base de predisposición hereditaria (genética). Pero es una enfermedad que se puede prevenir.

Junto con la diabetes, hipertensión arterial, dislipidemia, enfermedad renal crónica y el tabaquismo, se agrupan en las llamadas enfermedades crónicas no trasmisibles. En su conjunto, contribuyen a más de 80% de las muertes, las mayores causas de discapacidades y los costos sanitarios con repercusión sobre la sociedad, los sistemas de salud, la economía y la política en general. Por lo que resultan motivo de preocupación primordial de todas las naciones.

Definición de obesidad

Es un exceso de grasa corporal (tejido adiposo) que se manifiesta, la mayoría de las veces, por un peso superior al considerado como normal. El tejido adiposo, más que un almacén de grasas, constituye un órgano endocrino productor de sustancias (las cuales serán beneficiosas o no en dependencia de su concentración), importantes en la regulación y el funcionamiento del cuerpo humano.

En el conjunto de padecimientos crónicos no trasmisibles, la obesidad es considerada enfermedad y factor de riesgo para otras enfermedades crónicas. Se trata del segundo motivo de muerte prevenible (la primera es el tabaquismo), de elevados costos socioeconómicos. Pero a juicio de expertos no recibe suficiente atención por parte de gobiernos, instituciones y de la sociedad en conjunto.

En el mundo se registran más de 1 000 millones de personas con sobrepeso, de ellos 300 millones son clínicamente obesos. Unos 3 millones de estos fallecen cada año por causas asociadas a ella.

Esta enfermedad contribuye al inicio y al agravamiento de otras enfermedades como Diabetes mellitus tipo 2, enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, accidentes vasculares cerebrales y algunos tipos de cáncer, entre otros, que representan las principales causas de muerte en el mundo.

También contribuye al deterioro en la autoestima. Muchos estereotipos difunden la imagen de que las personas “llenitas” son graciosas y joviales. Lo cierto es que suelen estar sometidas a constantes críticas, bromas pesadas, presiones y expresiones hirientes por parte de quienes les rodean. De modo que experimentan sentimientos de malestar, tristeza y depresión ligera, incluso desde edades muy tempranas.

La fibra para la obesidad

La fibra dietética es muy importante y forma parte de nuestra dieta diaria. Es fundamental para el correcto funcionamiento del intestino, además de ser esencial para prevenir obesidad y otras enfermedades consecuentes del sobrepeso, tales como la diabetes, la enfermedad cardiaca y algún tipo de cáncer.  

La fibra se clasifica en:

Fibra soluble: Se puede disolver en agua para formar un material gelatinoso. Este tipo de fibra ayuda a reducir los niveles de colesterol y glucosa en la sangre. Se encuentra en la avena, guisantes, frijoles, manzanas y otras frutas, zanahorias y cebada.

Fibra insoluble: Este tipo de fibra no se puede disolver en agua, es removida por el sistema digestivo rápidamente y, en gran parte, queda intacta. Resulta ser beneficiosa para aquellos que sufren de estreñimiento. Los alimentos fuentes de este tipo de fibra son la harina de trigo, salvado de trigo, frutos secos y algunas verduras (coliflor, papas y frijoles verdes).

La fibra dietética ayuda a disminuir la densidad energética de los alimentos diseñados para el control de peso. Por lo que, consumir alimentos ricos en fibra está relacionado con una ingesta menor de alimentos así como un peso y composición corporal más sanos.

De acuerdo a diversos estudios, hay un incremento de saciedad y una disminución del apetito gracias a las dietas ricas en fibra, ya que los alimentos con bajo contenido de fibra hacen que comas más hasta sentirse saciados.

¿Cómo prevenir la enfermedad?

A nuestro alcance tenemos las bondades que nos proporcionan diversos alimentos naturales para prevenir enfermedades. A este respecto, diferentes estudios clínicos han relacionado el consumo de avena (Avena sativa), con la disminución de riesgo de enfermedades cardiovasculares.

El consumo de 35-50 gr. de salvado de avena, en combinación con una dieta hipocalórica y con un incremento de la actividad física, produce una disminución del peso corporal y un efecto hipolipemiante (disminución del colesterol total).

El efecto hipolipemiante también se observó en el subgrupo de personas con un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares por factores como obesidad, dislipoproteinemia, hipertensión, diabetes tipo II o por eventos coronarios previos.

Según los autores, los efectos producidos por la avena son independientes de la actividad física realizada o de la restricción calórica de la dieta. Además, la suplementación con 28 gr. de salvado de avena mejora el perfil lipídico de mujeres premenopáusicas obesas.

Referencias.
http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0798-07522014000100011
https://www.mayoclinic.org/es-es/healthy-lifestyle/nutrition-and-healthy-eating/in-depth/fiber/art-20043983
Alfonso Guerra, Jorge Pablo; (2013). Obesidad. Revista Cubana de Salud Pública. 424-425
Fitoterapia.net

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Naturista y fitoterapeuta

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