La obesidad infantil es uno de los grandes males de la población en la actualidad. Es uno de los temas relacionados con la alimentación que más preocupa a los padres, pues puede desencadenar graves problemas para la salud de los niños, tanto físicos como psicológicos, desde enfermedades cardiovasculares o diabetes a trastornos en su desarrollo psicológico son algunas de las consecuencias de padecer un peso descontrolado.

Es muy importante comenzar a combatir el sobrepeso desde el nacimiento inculcando hábitos de vida saludables en los niños desde que son muy pequeños. Siguiendo algunas pautas de conducta podemos evitar la obesidad infantil en niños. 1

Actividad física

Juega un papel fundamental para establecer el equilibrio entre las calorías ingeridas y las gastadas, porque sólo de este modo, se puede conseguir un peso adecuado.

Se recomienda realizar ejercicio de manera regular al menos 30 minutos al día, si se trata de niños es aconsejable que realicen algún deporte, la cuestión fundamental es aprender a comer y ser conscientes de que es necesaria una mínima actividad física diaria para mantener una la salud de nuestro organismo.

Además se recomienda:

  • Reducir el tiempo dedicado a la televisión (causa de obesidad más modificable), a los videojuegos y a Internet, favoreciendo que dichas horas se dediquen al juego activo, la educación física y el deporte.
  • Recomendar no comer mientras se ve la televisión.
  • El desplazamiento al colegio a pie o en bicicleta.
  • La implicación del niño en la realización de pequeñas tareas domésticas.
  • Intentar realizar actividades físicas estructuradas (natación, bicicleta, correr, bailar, etc.).
  • Implicar a la familia en este estilo de vida más activo con mayores actividades extraescolares y fines de semana menos sedentarios. 2

Adoptar hábitos alimenticios saludables

Disminución de los alimentos con contenido elevado en grasa. La dieta con alto contenido en grasa tiene mayor aporte energético, cuyo exceso se deposita en forma de tejido adiposo.

Se recomienda un consumo adecuado de grasas monoinsaturadas (aceites de oliva, de girasol y de maíz, etc.) y poliinsaturada (aceite de soja, pescados, entre otros), junto con una reducción del aporte de grasa saturada (leche entera y derivados lácteos enteros, embutidos, bollería, helados, etc.

Evitar el consumo excesivo de proteínas. En la infancia, un exceso de consumo proteico favorecería la diferenciación de preadipocitos a adipocitos por un incremento de la producción de factor 1 de crecimiento semejante a la insulina, con lo que se favorecería asimismo el rebote adiposo de la primera infancia.

Favorecer el consumo de hidratos de carbono complejos. Deben limitarse los hidratos de carbono con índice glucémico elevado y absorción rápida, que producen un rápido incremento de los valores de glucemia e insulinemia posprandiales, con la consiguiente hipoglucemia posterior, que provoca sensación de hambre y favorece una nueva comida de alimentos favorecedores de la obesidad en el niño, con lo que se establece un círculo vicioso.

Se desaconsejan los refrescos azucarados y azúcares de alimentos manufacturados (snacks, sobre todo) y se recomiendan los hidratos de carbono complejos (con índice glucémico bajo y absorción lenta), tales como cereales enteros, frutas, verduras y leguminosas.

Durante la adolescencia debe vigilarse especialmente el índice de masa corporal (tercer período crítico de desarrollo de la obesidad). Esto es mucho más importante en las mujeres, en las que hay un aumento del 40% de la grasa corporal.

La edad adecuada. El niño empieza a adoptar los hábitos alimentarios a los 3-4 años por influencia o imitación de los padres, compañeros y profesores, muchos padres siguen dietas inadecuadas, lo que se expresa en un rechazo de determinados alimentos o preferencias excesivas.

La dieta adecuada. La dieta adecuada para prevenir la obesidad debe ser diversa, de modo que logre un aporte adecuado de energía, micronutrientes, macronutrientes y componentes funcionales. 3

Errores en la alimentación

Tipos de alimentos. Existe un exceso de ingestión de alimentos de origen animal (carnes procesadas) y de alimentos manufacturados ricos en azúcares refinados, sodio, ácidos grasos saturados y colesterol. Mientras que hay una deficiencia de ingesta de legumbres, pescado, frutas y verduras, por último, a medida que aumenta la edad, aumenta el consumo de zumos y bebidas azucaradas.

Tipos de nutrientes. La dieta actual tiene una alta concentración de lípidos y un elevado índice glucémico, lo que favorece la obesidad por el aumento de la lipemia y la glucemia posprandial.

Distribución de las comidas. Hay una distribución calórica inadecuada a lo largo del día, con un desayuno escaso o nulo en casi un tercio de los niños y adolescentes, asimismo se refiere un exceso de picoteos entre comidas, además. 4

Por ello, se recomienda:

  • Cocinar con métodos que no añadan demasiadas calorías a los alimentos como al horno, al vapor o asados.
  • Ningún alimento está prohibido pero es importante consumirlos de manera adecuada.
  • En casa los padres deben cambiar los hábitos alimenticios para transmitirlos correctamente a sus hijos.
  • Sustituye los refrescos en las comidas por agua de fruta o natural.
  • No abuses de las comidas preparadas y los platos precocinados porque se le suelen añadir grasas para mejorar su sabor.
  • Limita el consumo de pastelería y bollería.
  • No abuses de las bebidas azucaradas y edulcorantes.
  • El estrés no es un buen aliado ya que puede influir aumentando el apetito e inhibiendo la saciedad. 5
Referencias.
1,5http://www.sepyc.gob.mx/documentacion/articulos/19%20RECOMENDACIONES%20PARA%20COMBATIR%20OBESIDAD.pdf
2, 3, 4http://apps.elsevier.es/watermark/ctl_servlet?_f=10&pident_articulo=80000074&pident_usuario=0&pcontactid=&pident_revista=51&ty=118&accion=L&origen=apccontinuada&web=www.apcontinuada.com&lan=es&fichero=v2n4a74pdf001.pdf

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Alfonso Martínez
Naturista y fitoterapeuta

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