Muchas veces nos cuesta cambiar los hábitos de alimentación, sobre todo porque no sabemos por dónde empezar y eso hace que sea aún más difícil. Por ello, en este post se habla de 3 consejos fundamentales que te ayudaran a comer sano.

Recuerda que una alimentación sana ayuda a prevenir o a controlar ciertas enfermedades, como diabetes, hipertensión, accidentes cerebrovasculares; además de que nos ayuda a tener un mejor metabolismo. Por lo tanto, nos hace sentir con más energía y controlar nuestro peso será mucho más fácil.

1. Alimentos imprescindibles en la cocina

Una alimentación balanceada debe incluir frutas y verduras de temporada. Se recomienda consumir de 3 a 4 porciones al día leguminosas como lentejas, frijol, garbanzos y habas; estas se deben consumir de 2 a 3 veces a la semana. Otros alimentos que no deben faltar son los frutos secos y cereales integrales, como amaranto, averna y maíz. Es importante que sean cereales enteros y no procesados para obtener todos sus beneficios.

Es importante que el refrigerador y la alacena estén llenos de alimentos frescos y naturales. Reducir lo más posible los alimentos procesados ya que están llenos de químicos y conservadores que a la larga deterioran nuestra salud.

2. Limitar el consumo de sal y azúcar

Limitar el consumo de azúcar es muy importante para conservar la salud sobre todo para las personas diabéticas, por lo tanto se debe evitar el consumo de refrescos, jugos industriales y preferir jugos recién hechos de frutas que además contienen vitaminas y minerales, las frutas en almíbar contienen una gran cantidad de azúcar al igual que las mermeladas comerciales y su consumo se recomienda ocasionalmente.

El sodio y el potasio funcionan juntos para equilibrar los niveles de fluidos en el cuerpo. Sin embargo, solo necesitamos una pequeña cantidad de sal para realizar ciertas funciones (menos de una décima parte de una cucharadita de sal al día). Por lo tanto, la recomendación es limitar el consumo a una cucharadita cafetera al día.

Es muy importante ir adquiriendo de forma gradual el hábito de no agregar ni azúcar ni sal a nuestros alimentos. De esta forma consumimos menos calorías y nuestro cuerpo lo va agradecer.

3. Aléjate de las grasas saturadas

Las grasas industriales de tipo trans presentes en los alimentos procesados como la comida rápida, los alimentos fritos, las pizzas congeladas, los pasteles, las galletas, las margarinas no forman parte de una alimentación sana, ya que poco a poco esa grasa se va depositando en nuestras arterias y se puede desarrollar enfermedades coronarias.

Las grasas buenas y saludables para nuestra salud son las que se encuentran en los frutos secos, en el aguacate, en la linaza, en el aceite de oliva o de coco, estas ayudan a reducir el colesterol malo (LDL) y elevan el colesterol bueno (HDL). Por lo tanto reducen el riesgo de sufrir algún accidente cerebrovascular.

También es importante realizar alguna actividad física con regularidad como aprender clases de baile, caminar, corres o realizar algún deporte. Pues con el sedentarismo dañamos nuestras articulaciones, nuestro metabolismo es más lento y nos sentimos más cansadas.

Adquirir nuevos hábitos saludables requiere de esfuerzo y dedicación, pero con el tiempo esos hábitos se hacen parte de tu rutina diaria y la calidad de vida será mucho mejor.

 

Alfonso Campos
Naturista y fitoterapeuta

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