Las dietas milagro…

Con el periodo vacacional y los excesos alimentarios, muchas personas recurren a las conocidas “dietas milagro” para adelgazar, unas dietas que aunque se anuncian como una forma rápida y eficaz de perder peso, pueden provocar serias complicaciones en el organismo.

En general, estas dietas se basa en una restricción de la energía muy severa. Lo cual conduce a deficiencias de vitaminas y minerales, alteraciones del metabolismo y a una monotonía alimentaria, que las hace insostenibles en el tiempo y peligrosas para la salud.

¿Qué hacen estas dietas?

Las dietas para perder peso se caracterizan por las escasas calorías que aportan, ante esta situación cercana al ayuno. El organismo reacciona compensando la falta de energía recibida destruyendo las proteínas corporales, como fuente alternativa de energía. Lo que provoca una pérdida de masa muscular. Por otro lado, la formación de sustancias peligrosas para el organismo cuando la dieta se prolonga con el tiempo.

Sin embargo, quien sigue este tipo de dietas interpreta erróneamente la pérdida de masa muscular, ya que dan buenos resultados al subirse a la báscula durante las primeras semanas. Esto se debe a que el tejido muscular es muy rico en agua, lo que elimina mucho líquido en la primera fase. En ocasiones este proceso se refuerza con el consumo de diuréticos (fármacos que promueven la excreción de orina), lo que conduce aún más a la pérdida de peso.

Las «dietas milagro” también favorecen una recuperación muy rápida del peso perdido (efecto “rebote” o “yo-yo”). La recuperación del peso se produce porque las situaciones de ayuno ponen en marcha mecanismos nerviosos y hormonales que se oponen a la pérdida de peso, mayor rendimiento del metabolismo corporal, con un mayor ahorro energético e incremento del apetito.

Estos mecanismos conducen a una rápida recuperación del peso perdido en cuanto se vuelve a comer de la forma habitual. Ese peso recuperado se debe a la formación de  tejido graso, que es el que origina problemas de salud y el que deberíamos reducir con la dieta y una alimentación adecuada.

Entonces ¿son buenas?

Las dietas que son muy restrictivas y que muy bajas en calorías, aunque consiguen que el peso disminuya a corto plazo, constituyen un riesgo para la salud porque pueden:

  • Provocar deficiencias de proteínas, vitaminas y minerales por la falta de consumo con los alimentos.
  • Producir efectos psicológicos negativos.
  • Pueden desencadenar, trastornos alimenticios (anorexia y bulimia).
  • Favorecer el efecto “rebote” o “yo-yo”.
  • Al abandonar estas dietas, las personas no han aprendido a comer saludablemente y regresan a sus viejas costumbres.

Recordemos que cada persona es diferente, con diferentes necesidades y actividades. Por lo tanto, la mejor dieta para adelgazar es aquella que se ajusta a las características de quien necesita adelgazar. Esta dieta debe de ser variada y equilibrada. Además, es importante adquirir buenos hábitos saludables y una forma más sana de alimentarse para así evitar tener un exceso de peso y recurrir a esas famosas dietas para bajar de peso rápido.

Referencias.
http://aesan.msssi.gob.es/AESAN/web/rconsumidor.shtml
http://www.fesnad.org/publicaciones/pdf/RENC_AEDN.pdf

 

Alfonso Campos
Naturista y fitoterapeuta

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