Nuestra naturaleza humana es maravillosa, somos innatos nacidos para compartir. Los humanos siempre queremos compartir y eso es una bondad innnata que todos poseemos, cuando somos egoístas estamos contra nuestra propia naturaleza, hoy leo del Europapress esta nota de una investigación reciente fechada con 22 de agosto del 2013 donde se ha analizada con estudios de resonancia magnética el comportamiento del cerebro ante situaciones sociales empáticas, en resumen somos sociales, generosos y cooperativos porque nuestro cerebro tiene esa ” programación”

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MADRID, 22 Ago. (EUROPA PRESS) –

El cerebro humano está “programado” para sentir empatía hacia las personas del entorno, tal y como evidencia una investigación llevada a cabo por la Facultad de Artes y Ciencias de la Universidad de Virginia (Estados Unidos).

Este trabajo, que ha sido publicado en la revista especializada ‘Social Cognitive and Affective Neuroscience’, expone que este proceso se produce porque las personas “se asocian estrechamente con la gente de su alrededor”, y es que una de las características más definitorias de la humanidad es “la capacidad para la empatía”.

A juicio del  profesor de Psicología en este centro universitario norteamericano, el doctor James Coan, la familiaridad “hace que otras personas se pongan en nuestro lugar”. Así lo indica tras realizar este estudio con resonancia magnética incluida, el cual desvela que la identidad de las personas “se basa en empatizar con otras”.

Para llegar a estas conclusiones, el experto y su equipo de investigadores han contado con la participación de 22 adultos jóvenes, los cuales se sometieron a resonancias magnéticas durante los experimentos realizados. Todo ello para controlar la actividad cerebral mientras se está bajo amenaza de recibir descargas eléctricas suaves para sí mismos, para un amigo o hacia un desconocido.

Tras ello, han constatado que las regiones del cerebro responsables de la respuesta a la amenaza para sí mismos, que son la ínsula anterior, el putamen y la supramarginal. Por su parte, cuando la amenaza fue hacia algún desconocido, la actividad fue “poca”, señalan.

No obstante, cuando la amenaza iba dirigida hacia un amigo, la actividad cerebral fue “idéntica” a la experimentada cuando ésta fue teledirigida hacia el propio participante, sostienen. De esta forma, se demuestra la empatía en la propia identidad de la persona, zanjan.

Fuente: www.europapress.es

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Alfonso Martínez.  naturistaalfonso@outlook.com
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