Soja

La menopausia es un período fisiológico en las mujeres que está condicionado por los cambios hormonales que se presentan; dado que la función ovárica disminuye de forma lenta y progresiva. Se produce una deficiencia de hormonas sexuales, estrógenos y progestágenos, como consecuencia viene la aparición de una serie de síntomas ligados a esa deficiencia hormonal, que redundan a nivel físico, emocional, laboral, familiar y sexual.

Los síntomas vasomotores son la manifestación clínica más característica de la menopausia y pueden interferir en la calidad de vida de la mujer; y es la terapia de remplazo hormonal (estrógenos solos o asociados a progestágenos) la opción más eficaz para paliar los síntomas de la menopausia. No obstante, su usual prescripción ha venido en creciente disminución por el riesgo de efectos adversos representados por el incremento en el riesgo de cáncer de mama, endometrio y de enfermedad cardiovascular.

Los fitoestrógenos son compuestos químicos que encontramos en determinados alimentos de origen vegetal, constituyéndose como estrógenos vegetales, los cuales aportan interesantes beneficios tanto para la mujer (especialmente ante la llegada de la menopausia), como para el hombre.

En la mujer, los fitoestrógenos actúan de manera similar a los estrógenos, una hormona que en la menopausia se encuentra reducida, convirtiéndose así en la responsable de los síntomas típicos. Mientras que, en el caso de los hombres, los fitoestrógenos ayudan a prevenir enfermedades de colon, próstata y cardiopatías, de forma que el consumo de alimentos ricos en estos estrógenos de origen vegetal, son ideales a partir de los 45 años de edad.

Numerosos estudios han demostrado también que el consumo de alimentos ricos en fitoestrógenos, modifica algunos de los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular, en especial las dislipidemias, por lo que reduce el riesgo de este tipo de enfermedades.

Existen evidencias que indican que los fitoestrogenos podrían ayudar a equilibrar los niveles hormonales. Los efectos podrían reflejarse en aspectos tan diferentes como el carácter (pubertad) o la aparición del acné.

En la naturaleza existen diferentes fitoestrógenos: los lignanos (semillas de lino, cereales integrales y legumbres), los cumestanos (alfalfa, lentejas y frijoles), los indoles (verduras de la familia de la col) y las isoflavonas (soja, trébol rojo, té verde y negro, uva). Éstas últimas son las más estudiadas y activas, ya que son las más parecidas a los estrógenos endógenos (producidos por nuestro organismo).

Algunos fitoestrogenos son:

  • Alfalfa: los brotes de alfalfa poseen un alto contenido en fitoestrógenos, y además son deliciosos en ensaladas, o bien consumidos solos con un poco de aceite de oliva virgen extra.
  • Espinacas: es una hortaliza especialmente rica en isoflavonas.
    Además posee un alto contenido en hierro, ayudando en la prevención de la anemia.
  • Semillas de linaza: son ricas en fitoestrógenos, y en ácidos grasos saludables.
  • Soja: la soja o soya es uno de los alimentos con alto contenido en isoflavonas más conocidos. Destacan tanto la soya como sus derivados (tofu y leche de soja sobretodo).

Referencias. http://www.medicasuis.org/anteriores/volumen23.3/doc6.pdf

 

Diana
Equipo de redacción
Alfonso Martínez
Naturista y fitoterapeuta

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