Ayudar es una bella virtud humana relacionada a la generosidad, de hecho yo sostengo que a esta vida debemos acudir sabiendo que ayudar es un medio de felicidad, que al ayudar a otros también ayudamos a nuestra propia psique y con esto nuestra salud, pero ¿Qué tal cuando esa buena intención y actitud es opacada por el  engaño, abuso y desvergüenza de aquellos que reciben nuestra ayuda?

Cuando era niño conocí a una señora que pedía limosna en mi pueblo, era una señora fea y no hablo de su presencia física sino de su actitud pues cuando no se le daba dinero murmuraba cosas feas, la vi cargando dos niñas, luego una de esas niñas creció y cargaba hermanitos y así creo que eran una familia como de 6 personas pidiendo dinero a la gente, esta señora vivía en una casa y me consta que muy cómoda de doble piso y debo decir que en mi niñez casa de dos pisos solo los «ricos» según la percepción de esos años así que cuando en el pueblo ya casi todos sabían que ella no era persona que necesitaba ayuda entonces ella salía a pedir a otras poblaciones al rededor o pueblos vecinos, fueron muchos años que hizo esto que una vez ya cuando yo tenía 19 años estaba comiendo en una taquería con mi hermano en un pueblo retirado, llegó esta mujer a pedirle dinero «para un taco» (esto había sido toda la vida, pedía dinero «para un taquito») a un joven de rancho y que se veía noble, este le contestó «señora si quiera para un taco mejor le invito los tacos a usted y todos sus hijos» y entonces la mujer se acomodó en una mesa con sus hijas (feas todas) y se disponían a comer cuando el joven ranchero le dijo al taquero «sírveles a estas personas todo lo que quieran…y después sácales todos los trastes sucios y unas escoba para que ayuden» la mujer se levantó y le dijo citando textualmente «hijo de la chingada te pedí ayuda no te pedí trabajo», se fue enojada y el joven sin sorpresa se puso a reír y le dijo «pos que creía si el dinero me lo gano trabajando y cuando se tiene hambre de verdad uno hace lo que sea de trabajo»

Esto es muy frecuente queridos lectores, la ancianita que nos pide una moneda puede ganar más de lo que creemos y de lo que su aspecto aparenta y esto también lo he visto, el joven que ahora pide un peso para completar lo de su pasaje si usted regresa se dará cuenta que siguen completando ese pasaje eterno, el supuesto ilegal que pide porque va de paso y viene de Honduras resulta que finge un acento que mas parece puertorriqueño sin saber de verdad como hablan los centroamericanos, hasta el hombre de sotana que pide más limosnas resulta que representa a una institución que lo que le sobra es dinero, el niño pidiendo resulta que es explotado para ganar dinero para drogas o alcohol de algún nefasto sinvergüenza padre, un niño de doce años que nos pide una moneda ya no tiene la verdadera razón para hacerlo  y se los digo con pleno conocimiento pues yo trabajé desde que tenía cuatro años.

No solo pasa esto en la calle sino también existen grandes instituciones jugando con nuestra generosidad, aprovechándose muy bien haciendo dinero y justificando impuestos mediante el chantaje sentimental y para tal caso el TELETON es un claro ejemplo, el redondeo en OXXO, y BANAMEX que le roba y no me equivoco al decirlo le roba dinero a sus ahorradores para destinarlos a «ayudar» y además de paso arreglarse algo de los impuestos como TELEVISA lo hace.

Es perfecto ayudar pero siempre debemos ser muy cautelosos, pensar con un poco de sentido común que tanto la persona o grupo de personas a los que ayudaremos necesitan de verdad  y no exponernos al engaño.

Cuando mis pacientes necesitan ayuda debo confesar que no necesitan pedirla pues casi siempre lo percibo y procuro evitarle a mis pacientes el trance de solicitar y yo mismo oferto la ayuda pues cuando lo hago estoy convencido que es necesario.

Alfonso Martínez

Naturista y fitoterapeuta.

Consultas en Guadalajara, Monterrey, Sonora y SLP

Informes al correo naturistaalfonso@outlook.com