El ser humano duerme una tercera parte de su vida y de la calidad del sueño depende su desempeño en la vida cotidiana; pero el sueño no es un proceso constante ni pasivo sino que en él se da una progresión a lo largo de la vida; así, en recién nacidos dura hasta 20 horas diarias; aproximadamente a los 3 años alcanza un patrón más estable en el que la mayor parte de las horas de sueño son nocturnas, en la pubertad se adquiere el ritmo de sueño que se mantendrá la mayor parte de la vida y al final de ésta, durará solamente 4 ó 5 horas diarias.
El sueño excesivo, insuficiente o desbalanceado disminuye la calidad de vida y afecta el funcionamiento biopsicosocial de la persona. Entre 20 y 50% de los adultos refieren una alteración en su dormir, y esta frecuencia aumenta con la edad. El insomnio es la queja más común en la población general y en los pacientes psiquiátricos.
Insomnio: Es la queja subjetiva de un sueño inadecuado o insuficiente; se debe ubicar el tipo de insomnio en una de tres categorías:
- De conciliación, que es la dificultad para quedarse dormido.
- De alteración en la continuidad o insomnio de mantenimiento.
- Insomnio de fase tardía o por despertar prematuro.
Puede haber una mezcla de estas categorías, lo que constituye el insomnio global, las causas se pueden ser diversas: debido a una enfermedad como asma, enfermedad coronaria, enfermedad de Parkinson, enfermedades degenerativas cerebrales; a estimulantes del sistema nervioso central, inhibidores de la receptación de serotonina, trastornos de los ritmos circadianos, alteraciones psiquiátricas, estrés, etc.
El insomnio es un síntoma y se deben corregir primero sus causas y además de ser tratado por un profesional de la salud mental su prevalencia puede verse disminuida mediante la medicina natural.
La crocetina es un carotenoide presente en el azafrán, obtenido a partir del fruto de Gardenia jasminoides Ellis. En un estudio piloto, a doble ciego, cruzado y controlado con placebo, participaron 21 adultos sanos, con edades comprendidas entre 25 y 59 años, que sufrían leves problemas de sueño. El estudio duró 6 semanas: dos períodos de intervención de dos semanas cada uno, con un periodo de lavado intermedio de dos semanas. El tratamiento consistió en la administración de una cápsula diaria, con un contenido de 7,5 mg de crocetina, entre las 6 y las 8 de la tarde. El análisis demostró una reducción significativa del número de despertares, confirmando que el tratamiento con crocetina incrementa los períodos de sueño sin interrupción, mostró una mejora de la calidad del sueño en los sujetos sometidos al tratamiento con crocetina. No se observaron efectos secundarios relacionados con el tratamiento.
Referencia:
- Diago García, Johanna; Cano Romero, Juan Fernando; (2005). Insomnio: enfoque diagnóstico y terapéutico. Iatreia, Marzo-Sin mes, 60-70.
- Fitoterapia. net
Erika
Psicóloga
Alfonso Martínez
Naturista y fitoterapeuta
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