Actualmente los medios de comunicación se han encargado de bombardear productos para bajar de peso rápidamente, sin tener en cuenta que muchos de estos productos pueden afectar nuestra salud a corto y a largo plazo.
La pérdida de peso está bien, porque trae consigo muchos beneficios para nuestra salud. Pero debemos saber que si lo hacemos de forma rápida podemos estar dañando nuestra salud. En este artículo mencionaremos algunas consecuencias de esto.
Primero hay que saber algunos factores para considerar cuando estamos en un peso saludable:
- Un peso adecuado a la edad y desarrollo físico
- Un peso que se puede alcanzar o mantener sin reducir drásticamente el aporte alimentario o sin tener que estar en una dieta de forma permanente.
- Un peso basado en el historial genético y familiar en cuanto al peso y complexión corporal.
- Un peso compatible con una tolerancia a la glucosa, unos niveles de lípidos y una tensión arterial normal.
- Un peso que promueve los buenos hábitos alimenticios y permite realizar actividad física de forma regular.
- Un peso que es aceptable para cada persona. 1
Un peso saludable no debe identificarse con la delgadez o con una gran musculatura. En realidad no hay un tipo de cuerpo especial que se pueda definir como saludable, ya que siempre hay que tener en cuenta los factores anteriores para evaluar el peso corporal.
¿Cómo se deposita la grasa en el organismo?
La acumulación de grasa en el organismo puede producirse de dos maneras distintas:
- Hiperplasia (incremento del número de células adiposas)
- Hipertrofia (incremento de la cantidad de grasa en el interior de las células).
Las células adiposas que disponemos tienen, un potencial máximo de tamaño y al ser sobrepasado se produce una activación de la formación de nuevas células adiposas, o una acumulación de grasa en los preadipocitos, unas pequeñas células del tejido adiposo que pueden convertirse en adipocitos. 2
Consecuencias de perder peso rápidamente.
Deshidratación. Puede ser inducida por diuréticos y laxantes, aumenta la perdida de potasio. Lo que lleva a un desequilibrio electrolítico y a un deterioro de la función neurológica y cardiaca.
Oscilaciones del peso (efecto yo-yo). Es un círculo vicioso en el que repetidos periodos de adelgazamiento van seguidos del aumento de peso. Consiste en que nuestro cuerpo se da cuenta de que le están privando de alimento e intenta preservar las reservas de energía y reducir el gasto energético. Cuando volvemos a comer normalmente, este mecanismo de conservación sigue funcionando durante algún tiempo, así que, es por ello ganamos más peso. Es posible que una buena parte del peso perdido durante el ayuno sean proteínas procedentes del tejido muscular, que sirven para producir glucosa para el sistema nervioso central. Cuando volvemos a comer, el tejido proteico no es remplazado inmediatamente, de modo que las calorías sobrantes se transforman en grasa. Este efecto yo-yo aumenta el porcentaje de grasa corporal, en mujeres con historias de cambios cíclicos en su peso tienen una mayor tendencia a acumular la grasa en la zona abdominal, por lo que acaban desarrollando obesidad de tipo androide. 3
Pérdida de masa muscular. Si el cuerpo no recibe los alimentos necesarios para alimentar a sus actividades diarias, recurre a otras fuentes de energía y donde primero se dirige es a la masa muscular.
Déficit de vitaminas y minerales. Al no recibir los alimentos que necesitamos diariamente empezamos a sufrir deficiencias de vitaminas y minerales y podemos sufrir algunas consecuencias como pérdida de cabello, piel maltratada, sistema inmunológico deficiente, etc.
No promueve hábitos alimentarios saludables. Para conservar un peso saludable por mucho tiempo y no sufrir de las consecuencias anteriormente mencionadas es necesario saber cómo alimentarnos o mantener una dieta sana.
¿Qué es una dieta sana?
Una dieta sana es la que nos proporciona la combinación adecuada de energía y nutrientes. Tiene cuatro características fundamentales: es suficiente, moderada, equilibrada y variada.
Una dieta sana debe de ser suficiente.
Proporciona la energía, nutrientes y fibra adecuados para mantener la salud de una persona. Una dieta adecuada para una persona puede no serlo para otra. Por ejemplo, una mujer menuda muy poco activa necesita aproximadamente de 1700 a 2000 Kcal. de energía a diario para mantener sus funciones corporales, por el contrario un atleta varón muy activo puede necesitar más de 4000 Kcal. Por lo que cada persona necesita cantidades diferentes de nutrientes y debe de ser adecuadas para cada uno de ellos.
Una dieta sana debe ser moderada.
Quiere decir comer las cantidades adecuadas de alimentos para mantener un peso saludable y para optimizar los procesos metabólicos del cuerpo. Si una persona come demasiado o muy poco de ciertos alimentos, probablemente no este sana.
Una dieta sana es equilibrada.
Se basa en una combinación equilibrada de alimentos que aportan todos los nutrientes necesarios. Si comemos todos los alimentos sanos de un modo equilibrado, es decir, fruta, verdura, y carne o sustitutos de carne, podemos estar seguros de que estamos proporcionando a nuestro organismo el equilibrio apropiado para mantener la salud.
Una dieta sana es variada.
Hace referencia a la ingestión habitual de alimentos diferentes pertenecientes a los distintos grupos de alimentos. Al introducir a la dieta alimentos variados, aumentamos la probabilidad de consumir todos los nutrientes esenciales. 4
Tratamiento
A parte de llevar una dieta sana que nos ayude a conservar o perder peso adecuadamente podemos ayudarnos de tratamientos naturales que nos pueden ayudar sin perjudicar nuestra salud.
Referencias.
1,4 Janicel L. Thompson. (2008). Nutrición. España: Pearson Educación. Pág. (44-46,528).
2,3 Melvin H. Williams. (2002). Nutrición para la salud, la condición física y el deporte. Barcelona: Editorial Paidotribo. Pág. (327-332).
Jessica
Asistente
Alfonso Martínez
Naturista y fitoterapeuta
Consultas en línea virtual.
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