“Vivimos en una época en que hay muchos medios de comunicación sumamente eficaces. La información viaja a la otra punta del planeta con gran rapidez, pero es precisamente en esta época cuando la comunicación entre la gente, entre padre e hijo, marido y mujer o madre e hija, se ha vuelto más difícil, si no podemos reestablecer la comunicación entre nosotros, nunca podremos ser felices” (Thich Nhat Hanh).

La importancia de los padres en la vida de los hijos, es un tema cada vez más estudiado, pero la verdad es que no se requieren muchas investigaciones para resaltar lo que significa para los hijos la presencia activa, comprometida y amorosa de sus padres.

Algunos de los aportes que los hijos necesitan de sus padres para el buen desarrollo de su personalidad y que se convertirán en un legado de seguridad y tranquilidad, tanto para ellos como para la sociedad, pues existe una alta probabilidad de que un niño que se siente amado, aceptado y reconocido por sus padres sea en el futuro un mejor ciudadano:

  • Ayudarles a formar una imagen positiva de sí mismos, a sentirse capaces, valiosos y seguros.
  • Orientarlos para que puedan reconocer conscientemente sus cualidades y fortalezas, pero también identificar sus limitaciones y dificultades.
  • Estimularlos para que desarrollen la capacidad de lucha, perseverancia y resistencia a la frustración que les permita sacar adelante las metas que se proponen y sentirse orgullosos de lo que hacen.
  • Acompañarlos con entusiasmo, alegría para que disfruten los momentos simples pero también los eventos importantes de su vida.
  • Brindarles apoyo, soporte y acompañamiento cuando lo necesiten.
  • Estimular el desarrollo de la capacidad de autocontrol emocional, respeto y consideración por los otros.
  • Tener el tiempo suficiente para hablar y escuchar a sus hijos sobre las cosas que sean importantes para ellos.
  • Estar sintonizados con sus emociones y esforzarse por conocer sus necesidades.
  • Pasar tiempo amable, divertido y amoroso en familia.
  • Impartir disciplina con cariño, firmeza y exigencia.
  • Mostrarle estrategias para resolver los problemas que se le presenten.
  • Ayudarle a entender positivamente los éxitos y los fracasos.
  • Enseñarle formas asertivas de defender sus derechos, posturas y necesidades.
  • Darle la oportunidad de tomar decisiones bajo su guía y dirección.
  • Darles protección, cuidado y atención de calidad.

 

Referencia: http://www.inteligenciafamiliar.com

 

Erika
Psicóloga
Alfonso Martínez
Naturista y fitoterapeuta

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