El renacimiento se caracterizó por ser un periodo de transición entre la medicina medieval y la moderna. En España, la medicina moderna se ordena en una propiamente renacentista y una medicina barroca.

La epilepsia, “la enfermedad sagrada” de la remota antigüedad, quitada del carácter sagrado por Hipócrates, ha sido conocida y tratada por la medicina prehispánica, pero poco fue estudiada durante la etapa virreinal.

Las primeras referencias a la epilepsia y su tratamiento vienen del mundo mesopotámico, específicamente al babilónico y el primer tratado es el Sakikku que corresponde al siglo I a-C. Hasta el siglo XVI Paracelso, fue quién busco cambiar los conceptos galénicos y consideró a la epilepsia como resultado de traumatismos craneoencefálicos. Dividió sus causas en cinco tipos asentados en otros tantos órganos y partes del cuerpo: el cerebro, el hígado, el corazón, los intestinos y las extremidades. A principios del siglo XVII, Charles le Pois indicó claramente que todas las epilepsias eran de origen cerebral y que los movimientos musculares respondían a la sensación nerviosa. Este concepto lo mantuvo el inglés Thomas Willis en pleno siglo XVII, quien, como padre de la neurología.

Ha sido hasta finales del siglo XIX cuando surge el conocimiento moderno y neurológico sobre la enfermedad. Por lo que hoy en día, la epilepsia es una enfermedad neurológica, cónica, que cursa con crisis epilépticas recurrentes. Estas crisis son la manifestación clínica de una descarga anormal de una población neuronal, localizada ya sea en la corteza cerebral o en la profundidad del parénquima cerebral.

Pero durante los siglos XVI y XVII, para el tratamiento de la epilepsia se utilizaban hasta 221 plantas, pertenecientes a 53 familias, de entre las que destacan:

• Angelica archangelica L.
  
• Coriandrum sativum L.
  
• Pimpinella anisum L.
  
• Matricaria chamomilla L.
• Hypericum perforatum L.
  
• Crocus sativus L.
  
• Hyssopus officinalis L.
• Lavandula officinalis Chaix
• Lavandula stoechas L.
  
• Melissa officinalis L.
  
• Mentha pulegium L.
  
• Salvia sclarea L.
  
• Thymus vulgaris L.
• Paeonia vulgaris L.
  
• Peganum harmala L.
  
• Elettaria cardamomum (L.) Maton
• Primula elatior (L.) Mill
• Aquilegia vulgaris L.
  
• Vitis vinifera L.

Y para ello, la información se extrajo a partir de las consultas de importantes herbarios, del Museo Farmacéutico Suizo de Basel, como son los de Bock (1577), Fuchs (1543), Mattioli (1590), Lonicerus (1660, 1770), Brunfels (1532), Zwinger (1696) y Tabernaemontanus (1591, 1678).

Referencias.
http://www.neurologia.com/pdf/Web/2905/h050467.pdf

http://revmexneuroci.com/wp-content/uploads/2012/10/Nm125-08.pdf

http://www.fm.unt.edu.ar/ds/Dependencias/Neurologia/EPILEPSIA.PDF

fitoterapia.net

Diana
Equipo de redacción
Alfonso Martínez
Naturista y fitoterapeuta

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