La sandia contiene vitamina C, vitamina A, calcio, fósforo, potasio y magnesio entre otros minerales. Además, es rica en licopeno y beta caroteno.

La sandía es una fuente de L-citrulina, un compuesto que influye de manera importante en la salud cardiovascular.

Y se transforma en L-arginina, aminoácido que ayuda a la producción de óxido nítrico, fundamental para la elasticidad de las arterias y los vasos sanguíneos.

Una dosis diaria de jugo podría ser suficiente para bajar la presión arterial.

Ésta es una fruta funcional con efectos vasodilatadores que aumenta la síntesis de óxido nítrico, con la consiguiente disminución de la presión sanguínea.

La sandía también puede ayudar a reducir el dolor que aparece en ciertos músculos cuando hacemos ejercicio.

Refiere que los fitonutrientes (licopeno, betacaroteno y L-citrulina) que contiene tienen la virtud de relajar los vasos sanguíneos y combatir la impotencia.

A pesar de su sabor dulce tiene baja densidad energética, una gran cantidad de agua que permite comer grandes porciones sin consumir muchas calorías.

Si padeces problemas en riñones, vías urinarias, próstata, o retienes líquidos, la sandía es un diurético natural ideal para la eliminación de toxinas.

Su alto contenido en fibra favorece además la limpieza de los intestinos y el correcto funcionamiento del sistema digestivo.

La sandía es una maravillosa fuente de beta caroteno el cual se convierte en el organismo en vitamina A.
Esta vitamina ayuda a producir los pigmentos en la retina del ojo y protege contra la degeneración macular relacionada con la edad.

Equipo de redacción.
Autor: Alfonso Martínez   www.naturistaalfonso.com
Naturista.