Daños del Acetaminofén al Hígado.

El acetaminofén es un analgésico interno disponible a manera de medicamento de venta libre que alivia el dolor leve a dolor moderado desde dolores de cabeza, dolores musculares, períodos menstruales, resfriados y dolores de garganta, dolor de muelas dolores de espalda reacciones a las vacunas(vacunas), y para reducir fiebre. Acetaminofén puede también usarse para aliviar el dolor de osteoartritis (artritis causada por el deterioro del recubrimiento de las articulaciones). El acetaminofén se encuentra en una clase de medicamentos llamados analgésicos (calmantes para el dolor) y antipiréticos (para bajar la fiebre). Funciona al cambiar la forma en que el cuerpo siente el dolor y por el enfriamiento del cuerpo.

Tomar demasiado acetaminofén puede causar daño hepático, algunas veces tan grave que requiera un trasplante de hígado u ocasione la muerte. Puede tomar demasiado acetaminofén accidentalmente si no sigue atentamente las instrucciones de la receta médica o de la etiqueta del paquete o si toma más de un producto que contiene acetaminofén.

El acetaminofén ha recibido la aprobación de la Dirección de Alimentos y Medicamentos (U.S. Food and Drug Administration o FDA) y es seguro y eficaz cuando se usa según las indicaciones de la etiqueta. Debido a que tantos medicamentos contienen acetaminofén, es importante revisar la etiqueta para determinar cuáles medicamentos contienen acetaminofén y nunca tomar más de la dosis diaria máxima mencionada en la etiqueta.

Debido al importantísimo papel que juega el hígado en la transformación de los medicamentos y otros compuestos químicos, como por ejemplo el alcohol, una cuestión esencial es si un hígado enfermo sería más sensible a la toxicidad por medicamentos. Esta circunstancia se convierte en un problema común con algunas enfermedades como la hepatitis crónica (por virus B y C de la hepatitis) o la cirrosis hepática, dado que su carácter crónico hace posible y frecuente que puedan convivir con otras dolencias de distinta índole susceptibles de requerir medicamentos (contra el dolor, o para combatir la fiebre, por ejemplo), y deriva en una preocupación constante acerca del posible incremento del riesgo de toxicidad hepática secundaria al consumo de medicamentos. De hecho, una pregunta reiterada al médico por parte del paciente con hepatitis crónica es si cada nuevo medicamento prescrito será bien tolerado por el hígado o podrá agravar, en cambio, la lesión hepática. La respuesta a esa pregunta es que, salvo en muy contadas excepciones, el paciente con enfermedad hepática crónica no tiene un riesgo mayor que un paciente con el hígado sano de sufrir toxicidad hepática cuando toma medicamentos.

El paracetamol es un medicamento del que se tiene una amplia experiencia de uso, siendo utilizado con frecuencia tanto en pacientes hospitalizados como ambulatorios. Como hemos comentado al principio, si se consume a las dosis recomendadas es un medicamento muy seguro, pero si se consume a dosis elevadas, puede ser dañino para el hígado. A pesar de ello, y muy al contrario de lo que podría pensarse, el paracetamol es el analgésico-antitérmico más seguro para los pacientes con enfermedad hepática siempre que se tome a las dosis adecuadas. Esto es así porque mientras se conserva la capacidad funcional del hígado (como ocurre en la mayoría de los pacientes con hepatitis crónica) el metabolismo del paracetamol permanece inalterado. Pero incluso en la cirrosis, las vías de metabolismo del paracetamol no se alteran hasta que la enfermedad se encuentre en fase muy avanzada. No obstante, en estos casos la prudencia recomienda reducir la dosis diaria máxima segura, que es 4 gramos, a una dosis de 2-3 gramos. En cambio, en pacientes con daño hepático que consumen alcohol activamente y/o se encuentran desnutridos, es muy probable que la vía que neutraliza estos metabolitos tóxicos sea defectuosa, por lo que en estos casos, se recomienda no superar los 2 gramos diarios de paracetamol. Esta última precaución no sería necesaria en pacientes con daño hepático crónico que haya sido provocado por el abuso de alcohol, pe-ro que actualmente presenten un buen estado nutricional y abstinencia prolongada. Otros medicamentos contra el dolor y la fiebre, como el ácido acetilsalicílico (aspirina) y los antiinflamatorios, por sus efectos a nivel sanguíneo y renal, no son adecuados para el control del dolor o la fiebre en el paciente con cirrosis hepática y deben utilizarse con precaución y por periodos cortos de tiempo en pacientes con hepatitis crónica.

 

Para asegurarse de tomar acetaminofén de manera segura, no debe:

  • Tomar más de un producto que contenga acetaminofén a la vez. Lea las etiquetas de todos los medicamentos con y sin receta médica que toma para ver si contienen acetaminofén. Tenga en cuenta que las abreviaturas como APAP, AC, Acetaminophn, Acetaminoph, Acetaminop, Acetamin o Acetam podrían estar escritos en la etiqueta en lugar de la palabra acetaminofén. Pregúntele a su médico o farmacéutico si usted no sabe si un medicamento que está tomando contiene acetaminofén.
  • Tome acetaminofén exactamente como se le indica en la receta médica o en la etiqueta del paquete. No tome más acetaminofén ni lo tome con más frecuencia de lo que se le indica, incluso si todavía tiene fiebre o dolor. Pregúntele a su médico o farmacéutico si no sabe cuánto medicamento debe tomar o con qué frecuencia debe tomar el medicamento. Llame a su médico si aún tiene dolor o fiebre después de tomar el medicamento como se le indica.
  • Tenga en cuenta que no debe tomar más de 4,000 mg de acetaminofén al día. Si necesita tomar más de un producto que contenga acetaminofén, puede ser difícil calcular la cantidad total de acetaminofén que está tomando. Pida ayuda a su médico o farmacéutico.
  • Informe a su médico si sufre o alguna vez sufrió alguna enfermedad hepática.
  • No tome acetaminofén si toma tres o más bebidas alcohólicas cada día. Consulte a su médico sobre el consumo seguro de bebidas alcohólicas mientras toma acetaminofén.
  • Deje de tomar su medicamento y llame a du médico de inmediato si considera que ha tomado demasiada cantidad de acetaminofén, incluso si se siente bien.

Hable con su farmacéutico o con s u médico si tiene alguna pregunta acerca del uso seguro de acetaminofén o productos que contienen acetaminofén.

Equipo de redacción.
Camilo Ameyaltzin.

 

Alfonso Martínez
Naturista y fitoterapeuta.
Consultas en Monterrey días 28 y 29 de enero 2015
Citas al correo: naturistaalfonso@outlook.com