Exceso de sal

La sal es un alimento necesario para el buen funcionamiento del organismo, pues es útil en el mantenimiento de la presión de la sangre y de los fluidos extracelulares, pero ingerirla en exceso puede traer diversas complicaciones en corazón, riñones y la microcirculación, además de estar ligados a padecimientos crónicos.

El excesivo consumo de sal puede ocasionar retención de líquidos, lo que conlleva aumento de peso; esto obliga a hígado, riñones y corazón a trabajar por encima de sus niveles normales. Tiene repercusiones importantes sobre el sistema cardiovascular, ya que el consumo desmedido de sodio eleva la presión arterial y ocasiona enfermedades renales, hepáticas e insuficiencia cardiaca.

Por otra parte, autores de un estudio del Departamento de Neurología del Instituto Raúl Carrea de Investigaciones Neurológicas, Buenos Aires (Argentina), y del Centro de Enfermedades Neurológicas Enfermedades, Brigham y Hospital de la Mujer en Boston (Massachusetts), pidieron a este grupo de individuos que proporcionaran muestras de orina en tres ocasiones en un periodo de nueve meses para monitorear los cambios en la ingesta de sal en la dieta y luego siguieron su salud neurológica durante dos años, entre 2010 y 2012.

A modo de comparación, se midieron los niveles de sal en orina en un segundo grupo de 52 personas con el mismo tipo de EM entre junio y julio de 2013. El consumo medio de sal fue de poco más de 4 g por día en ambos grupos, pero varió desde menos de 2 g (bajo), a de 2 a 4,8 g (moderado) y entre 4,8 gramos o más al día (alto), con los hombres tendiendo a consumir más a diario que las mujeres.

Después de tener en cuenta los factores influyentes, como el tabaquismo, la edad, el sexo, la duración del tiempo después del diagnóstico, el peso, el tratamiento y la circulación de la vitamina D, el análisis indicó una relación entre los niveles de sal en la dieta y el empeoramiento de los síntomas de EM.

En comparación con los que consumían la menor cantidad de sal todos los días, los individuos con consumo de moderado a alto en el primer grupo presentaban alrededor de más de tres episodios de empeoramiento de los síntomas y tenían casi cuatro veces más de probabilidades de sufrir estos episodios. Posteriormente, los investigadores analizaron las radiografías y tomografías para determinar si la enfermedad había progresado y una vez más detectaron un vínculo entre el consumo de sal en la dieta y pruebas radiológicas de mayor deterioro. Aquellos cuya ingesta de sal en la dieta era alta, fueron casi 3,5 veces más propensos a tener signos radiológicos de progresión.

Se obtuvieron resultados similares en el grupo de comparación. Según sus autores, se trata de un estudio observacional, así que no hay conclusiones definitivas de causa y efecto, además de que los niveles más altos de sal en la orina pueden reflejar una mayor actividad de la enfermedad en lugar de al revés. Pero el alto consumo de sal está implicado en diversos aspectos de mala salud, dicen. Por ello, entienden que sus hallazgos sugieren nuevas investigaciones respecto a si la reducción de la sal en la dieta podría aliviar los síntomas de EM.

Referencias.
http://www.imss.gob.mx/prensa/archivo/201302/014

http://www.diariosalud.net/content/view/26474/413/

 

Diana
Equipo de redacción
Alfonso Martínez
Naturista y fitoterapeuta

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