Todos los sentimientos incluso aquellos que llamamos negativos deben ser sentidos ya que son necesarios, negarlos es huir de si mismo, etiquetarlos es nuestra responsabilidad,esto lo estudia la biodescodificación.

Ayer platicaba con una paciente de quien no mencionaré su nombre y lloraba en mi consultorio por una situación de la cual se sentía desilusionada de su esposo, aplicando algo de biodescodificación emocional se sorprendió cuando le dije «no es desilusión, es envidia» obviamente lo negó al principio ya que le envidia es un sentimiento que siempre deseamos ocultar por ser esta un sentimiento mal etiquetado sin embargo en el paquete que constituye al ser humano esta clase de sentimientos vienen incluidos y lo mejor que podemos hacer es identificarlo para tener un manejo sobre este, la envidia, el odio, el resentir, el rencor o la simple ira son claros ejemplos de esos sentimientos negables sin embargo vamos a hablar sobre esto.

La envidia es el sentimiento de querer poseer aquello que no se posee más que la inconformidad de no poseerlo, la envida mal encausada con conformidad es un obstáculo para lograr éxito, le envidia con odio puede desencadenar en ingratitud y maldad, la envidia sin cause es solo la aceptación tacita de inferioridad manifestada desde el inconsciente; es decir al envidiar sin tener conocimiento de esta emoción es una forma de poner en manifiesto nuestra incapacidad de lograr aquello que es objeto de nuestras envidias.

La envidia bien  encausada es  la capacidad de anhelar y al mezclar esto con la perseverancia puede ser impulso para lograr aquello que deseamos, la envidia con entendimiento puede ser la aceptación de la grandeza de otros y la admiración que podemos traducir en la capacidad de aprender e imitar el éxito, podemos aceptar que sentimos envidia con la responsabilidad de ejercer este sentimiento sin maldad y utilizarlo para crear un estimulo en torno a nuestra persona, estimulo de superación. La envidia al ser un sentimiento humano es innegable a innato, por lo tanto al sentir envidia debemos primero etiquetar esta emoción como tal y esta será la única forma de darle el cause positivo.

El odio que es un sentimiento repulsivo, aversivo de profundo desacuerdo es un estado mental que puede enfermar a aquel que lo ejerce, el odio es la manifestación de nuestra maldad natural inserta en nuestra genética, el odio racial es la forma más patológica de esta manifestación, el odio con desentendimiento y mal encausado puede derivar en graves daños personales, interpersonales, sociales y comunitarios; las guerras son patrocinadas con armas y alimentadas con el odio reciproco de aquellos que participan de ellas.

El odio bien encausado nos mantiene alejados de aquello que nos ha dañado, el odio es también la rebeldía y puede derivar en la defensa férrea de nuestros derechos, sin odio sentimientos buenos como el amor serían cotidianos e insignificantes, el odio nos permite también establecer nuestras afinidades y nos mantiene en un estado rebelde, el odio cuando es etiquetado como sentimiento es fácil de encausar y es además un sentimiento que en cualquier momento se puede volcar en un sentimiento positivo y hacernos experimentar nuestra generosidad profunda cuando logramos darle cause, el odio no debe ser negado sino debe ser reconocido y utilizar este odio para aspectos positivos que siempre es posible.

Todos los sentimientos humanos son necesarios, no existe humanidad fuera de este equilibrio, los hombres buenos verdaderos y generosos son personas que saben identificar estos sentimientos y darles cause, la biblia por ejemplo deja de manifiesto que hombres como Jesucristo no fueron ajenos a estos sentimientos, la ira es uno de ellos muy frecuentemente ejercido por Jesús o por el mismo Dios (según la biblia, sin profundizar en dogmas) o el Corán también hace los respectivo cuando habla de la vida de  su profeta. Todos sentimos ira, odio así como todos somos ejercedores de amor y fraternidad, hombres muy malos es que no han sabido identificar sus buenos sentimientos y etiquetarlos como tal; incluso rehúyen de ellos pero tarde o temprano también terminan ejerciendo algún buen sentimiento y esto pasa  hasta con los peores criminales.

Alfonso Martínez

Naturista y fitoterapeuta