El valor de la navidad

En esta época compartir las tradiciones en familia y transmitir la importancia de dar y recibir amor, de ser solidarios, de alimentar el espíritu y de disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, se convierten en el mejor regalo que podemos ofrecer a nuestros seres queridos.

Es un tiempo para renovar la fe, amar a los demás y poner en alto el amor y paz. Para ello es fundamental compartir con los hijos los valores y enseñarles que la felicidad no solo está en los obsequios y en los regalos materiales. Lo primordial es disfrutar con alegría y espiritualidad.

Transmita a sus hijos el mensaje de renovación de fe y la alegría que acompaña las tradiciones navideñas.

Estas son maneras de cultivar el espíritu y encontrar felicidad en el interior de cada uno: reflexionar juntos, hablar sobre el significado de la Navidad, contar anécdotas sobre la celebración de estas tradiciones en la familia, son una manera de fortalecer el espíritu navideño. Además, es momento para compartir con las personas queridas y para dar, no solo para recibir.

La Navidad es tiempo de costumbres que invitan a participar de un mensaje de amor y de entrega. Motive a sus hijos a pensar en los demás sin limitarse a sus amigos cercanos o conocidos. Enséñeles a compartir con aquellos que lo necesiten, a ser solidarios y a estar dispuestos a dar desinteresadamente.

No obsesionarse con la lista de regalos. Aquello que pedimos desde nuestro corazón tiene un gran valor. Por ejemplo la salud de un familiar, el bienestar de los amigos o vivir en armonía. Adicionalmente no todos los obsequios que se hacen en navidad deben ser comprados. Puede regalar una tarjeta o hacer una invitación a comer.

Ante los cambios del mundo moderno, muchas de estas tradiciones se han ido perdiendo. En efecto, muchos niños parecen ajenos a los rituales familiares de antaño. Estas celebraciones en familia crean vínculos emocionales de amor y la alegría.

Así que aproveche para rescatar, con sus hijos, tradiciones como cantar villancicos, hacer recetas e intercambiarlas con los vecinos, contar historias de navidad, hacer manualidades, ayudar a otros y ser más sensibles a las necesidades de nuestros seres queridos y de nosotros mismos.

Ante todo una actitud amorosa, generosa y alegre es lo mejor para trasmitirles a los niños. Con los sentimientos que deja la navidad podríamos hacer de nuestro mundo algo mejor.

Fuente. http://www.inteligenciafamiliar.com

 

Erika
Psicóloga
Alfonso Martínez
Naturista y fitoterapeuta

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