Desde hace mucho tiempo se conocen las propiedades antisépticas, dietéticas, edulcorantes, tonificantes, calmantes, laxantes y diuréticas de la miel. Está hecha de la materia prima que recoge la abeja principalmente de las flores. La miel se compone de carbohidratos predigeridos, lo que facilita su absorción (Jones, 2006). Sus principales azúcares son la fructosa y la glucosa, entre otras, presentados como monosacáridos y disacáridos, y posee hasta un 20% de humedad. Contiene proteínas, vitaminas y enzimas, siendo la principal la glucooxidasa; posee treinta y cinco minerales, lípidos y flavonoides. Además de otra serie de elementos, entre los que destacan la germicida y la inhibina que son antibióticos naturales.

Actividad antibacterial de la miel Imagen relacionada

Tiene una gran capacidad antibacterial, ya que las bacterias no pueden sobrevivir en ella, siendo uno de los motivos su alto contenido de azúcar que extrae el líquido a los microbios y por deshidratación mueren. No todas las variedades de la miel son iguales cuando se trata de una acción antimicrobiana. Pero la variedad Miel de Manuka de Nueva Zelanda es lamás indicada según un informe publicado en el “Journal of the Royal Society of Medicine” y que en la actualidad se expende en farmacias de Australia y el Reino Unido, con fines terapéuticos.

La miel tiene varias ventajas sobre los antibióticos para el tratamiento de heridas en la piel, como es el caso de los comunes forúnculos, ya que los antibióticos por vía oral tienen efectos secundarios como, malestar estomacal, náuseas y diarrea. Además de ser fuentes comunes de reacciones alérgicas en algunos casos muy graves. Las bacterias como Staphylococcus aureus, que son las más frecuentemente responsables de causar forúnculos a menudo se vuelven resistentes al tratamiento con antibióticos, pero la miel aplicada externamente a las heridas no tiene estos efectos secundarios y puede eliminar las bacterias.

Los estudios sobre el uso de la miel para tratar las infecciones bacterianas de la piel fueron positivos. Por ejemplo, para el tratamiento de diversos tipos de heridas crónicas, como úlceras, quemaduras, laceraciones y heridas quirúrgicas. Comparado con las terapias convencionales, la miel mostró un beneficio levemente superior sobre heridas de quemaduras; sin embargo, no mejoró la curación de las úlceras crónicas, común en los diabéticos con mala circulación, por ejemplo.

Fuente. http://revistahorizonte.uc.cl/images/pdf/19-1/miel_en_tratamiento.pdf

 

Diana
Equipo de redacción
Alfonso Martínez
Naturista y fitoterapeuta

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