Las heridas leves son un accidente muy común un corte, raspón o arañazo son muy fáciles de curar. Pero lo primero que debemos de realizar es lavar la herida con abundante agua para remover las bacterias que se puedan encontrar y así evitar una infección, posteriormente podemos aplicar cualquiera de los siguientes remedios.

Gel de áloe: El áloe o sábila es un remedio muy recurrido y muy práctico, su gel posee propiedades que ayudan a la cicatrización de las heridas sin dejar marcas. Sin duda es un aliado a la piel, solo aplica gel de áloe en la herida las veces que sean necesarias, no lo limpies y deja que actúe hasta que la piel lo absorba.

Miel: Tiene una gran capacidad antibacterial, lo cual la hace excelente para el tratamiento de las heridas en la piel. Aplicarla directamente sobre la herida ayudará a limpiarla y dejarla libre de infecciones.

Ajo y cebolla: Ambos alimentos son antibióticos naturales y sus propiedades antibacterianas son ideales para proteger las heridas de alguna infección, además de ayudar con la rápida cicatrización. Aplica la tela de la cebolla sobre la herida o una rodaja de cebolla, puedes hacer lo mismo con el ajo pero no lo dejes por mucho tiempo ya que el ajo puede que te irrite la piel.

Caléndula: Esta planta posee actividad cicatrizante y antiinflamatoria, por lo que es muy recomendada para la cicatrización de heridas, en el tratamiento de contusiones y quemaduras. Aplica una compresa con flores de caléndula o en forma de pomada o ungüento, puedes conseguirla de tiendas farmacéuticas.

Nota: es preferible no vendar la herida para dejar que cicatrice con más rapidez.

Equipo de redacción
Alfonso Martínez
Naturista y fitoterapeuta

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