Soja

El consumo de soja en occidente ha experimentado un espectacular aumento gracias a las campañas publicitarias masivas. Y es que, efectivamente, la soja contiene algunas propiedades muy beneficiosas. Sin embargo, los estudios realizados son contradictorios y algunos revelan que un consumo excesivo puede acarrear graves problemas para la salud.

Resulta fácil enloquecer calibrando la información ofrecida por distintas fuentes. Por un lado, tenemos numerosos estudios que señalan las benevolencias de la soja y un ejército de instituciones y organismos públicos que nos avasallan con publicidad masiva hablándonos de sus muchas propiedades beneficiosas. Pero, por otra parte, también existen estudios que nos muestran una cara oculta, advirtiéndonos de que otras propiedades de esta legumbre inhiben la absorción de nutrientes o alteran el correcto funcionamiento hormonal. ¿De quién nos fiamos? Pues teniendo en cuenta que los intereses económicos no suelen priorizar el bienestar general del consumidor, sino su bolsillo, mejor será echar mano de la prudencia y, sin decantarnos por ninguno de los dos lados, revisar los beneficios y los inconvenientes de la soja y ponerlos en una balanza para no correr riesgos innecesarios.

Propiedades nutricionales de la soja

La soja pertenece a la familia de las leguminosas y su origen asiático es muy antiguo. La característica más llamativa de la soja es su gran riqueza proteínica comparada con otros vegetales y su facilidad para el cultivo, ya que crece en lugares muy diversos y puede someterse a distintos procesos industriales que la convierten en un producto muy versátil. Estas son sus principales características nutricionales:

Proteína

Es el vegetal más rico en proteína, tanto en calidad como en cantidad, ya que contiene todos los aminoácidos esenciales en un porcentaje muy elevado. Mientras que la mayoría de las legumbres contienen alrededor del 20% de proteína, la soja tiene casi el doble, el 35%. A igual cantidad en peso de soja y carne, la soja tiene casi el doble de proteína.

Hidratos de carbono y grasas

Como cualquier vegetal, la soja es rica en hidratos de carbono y pobre en grasas. No contiene colesterol  y está especialmente indicada para diabéticos.

Vitaminas y minerales

Al igual que todas las legumbres es rica en vitaminas (sobre todo del grupo B) y en minerales, como hierro y calcio. Sin embargo, posee algunas características que, como veremos más adelante, impiden la absorción correcta de estos y otros nutrientes esenciales

Los beneficios de la soja

Es necesario valorar con prudencia los estudios científicos relativos a las propiedades de la soja, ya que parten de una hipótesis concreta y, en muchos casos, solo se tienen en cuenta ciertas variables y no el conjunto. Partiendo de esta premisa, estos son algunos de los beneficios atribuidos a la soja según diferentes publicaciones científicas y, sobre todo, según la abundante publicidad lanzada por la industria:

  • Previene algunos tipos de cáncer, como el cáncer de mama, y ayuda a las mujeres a regular los trastornos de la menopausia.
  • Previene enfermedades coronarias y osteoporosis,además de favorecer el sistema circulatorio y prevenir la hipertensión.
  • Está especialmente indicada para diabéticos.
  • Facilita la digestión y previene distintos tipos de cáncer relacionados con el aparato digestivo.
  • Por su riqueza en proteínas se aconseja su consumo regular en  dietas vegetarianas.

Los inconvenientes de la soja

Por el contrario, existen otros estudios y profesionales detractores que aseguran que, sin excluir los beneficios anteriormente mencionados, la soja también contiene algunos componentes dañinos para la salud y dependiendo de la cantidad consumida esos mismos efectos beneficiosos pueden volverse en contra. Estos son algunos de los puntos conflictivos:

Soja transgénica

La mayor parte de la soja incluida en infinidad de productos y derivados que encontramos en el mercado tiene un origen transgénico, es decir, su semilla ha sido modificada genéticamente para poder resistir la acción de los pesticidas. Pese a la publicidad de las grandes multinacionales predicando su salubridad, las publicaciones que relacionan la alimentación transgénica con distintos tipos de cáncer y otras dolencias son lo suficientemente escandalosos como para pensárselo dos veces antes de incluirla en la dieta de manera regular.

Proteína de no tan buena calidad

La soja carece del nivel óptimo de dos aminoácidos esenciales, por lo que, aunque los contiene todos, no posee las cantidades necesarias. Esto no resulta un gran problema, puesto que, combinándola con otros vegetales o carne animal corregiríamos este defecto. Sin embargo, también hay que tener en cuenta que la soja posee un inhibidor de la enzima tripsina, que disminuye el valor general de su proteína y que a largo plazo, puede conducir a la dilatación del páncreas y cáncer.

Dificultad para absorber vitaminas y minerales

El ácido fítico de la soja reduce la absorción de muchos minerales y vitaminas, por lo que no debemos descuidar otras fuentes de calcio, hierro y vitaminas del grupo B. Tanto es así, que se desaconseja completamente su consumo en personas con anemia.

Trastornos tiroideos

La soja contiene un componente que impide la absorción de yodo, convirtiéndose en un poderoso inhibidor de la tiroides. Es por eso que un consumo excesivo puede provocar trastornos tiroideos. Teniendo esto en cuenta, una buena opción cada vez que vayamos a consumir soja o un derivado de ella, es tomarla junto con un puñadito de algas marinas, ricas en yodo.

Daños cerebrales

El consumo abundante de soja está relacionado con daños cerebrales y pérdida de masa cerebral en ancianos.

 

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