Faltan pocas horas ya para despedir el año 2015. Arrancamos hoy la última hoja del calendario. Y quién más quién menos, intentará buscar unos minutos para hacer ese balance personal, íntimo, reflexivo, que nos presente en amplio panorama, que tal fue para cada uno de nosotros el año que termina: cuáles fueron sus luces y sus sombras, qué nos ofreció de nuevo, qué nos arrebató, qué nuevos caminos nos permitió recorrer, qué éxitos, qué fracasos, qué alegrías, qué lágrimas, qué nostalgias nos fue prodigando a lo largo de sus meses, sus días y sus noches. ¡Cuántas lecciones, cuántas experiencias! y probablemente, también, cuántos fracasos, cuántos desengaños.

Vale la pena recordar algunos de los más hermosos pensamientos sobre el tiempo. El de Gandhi, por ejemplo: «Un minuto que pasa es irrecuperable, conociendo esto, ¿cómo podemos malgastar tantas horas?» o el de Víctor Hugo: «Tan corta como es la vida, aún la acortamos más por el insensato desperdicio del tiempo». O ese proverbio irlandés que dice: «Dios creó el tiempo pero el hombre creó la prisa». Bueno será también recordar a nuestro Séneca cuando sentenciaba que «no es que tengamos poco tiempo, sino que perdemos mucho». El caso es que el año viejo se nos marcha ya por ese tobogán infinito de los espacios.

No dejemos de dedicarle una breve reflexión de ser posible con tres palabras que pueden brotarnos de lo más profundo de nuestro ser, desde la orilla de la trascendencia: «Perdón, gracias y confianza». Perdón por lo que hicimos mal o por lo que no hicimos. Gracias por tantos dones recibidos gratuitamente y plena confianza en que, al final de todo lo que hemos pasado todo ocurre por alguna razón y de nosotros depende transformar en algo positivo esa experiencia.

El año viejo es un momento para recordar y compartir, es un instante oculto en el ahora que simboliza el resto de nuestra vida, nuestro legado, nuestras tradiciones y pensamientos, algunos ocultos y otros evidentes, pero al final, no es más que un pasado que termina con el último día del calendario. Errores cometidos en un instante, cosas locas que hicimos cada inicio de año, y otras aburridas, nuevo año vida nueva se suele mencionar por todos lados.

Te deseo a ti, un año nuevo lleno de mucho éxito, muchos proyectos cumplidos, mucha salud y mucha paz, pero este deseo solamente puede cumplirse, si tú decides que así sea.

¡Feliz 2016!

Erika
Psicóloga
Alfonso Martínez
Naturista y fitoterapéuta

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