La retención de líquidos o edema es un trastorno metabólico que consiste en la acumulación de agua en el organismo. Normalmente estas acumulaciones se producen en las piernas, el abdomen, en las manos y en el cuello, a veces estas retenciones ocasionan hinchazón en los tobillos lo cual debe controlarse adecuadamente porque puede ser señal de insuficiencia cardíaca.

El agua en nuestro organismo está distribuida en diferentes partes de nuestro cuerpo, en el plasma, y dentro y fuera de las células. Y cuando el equilibrio entre el agua que está dentro y fuera de las células se rompe, comienza a aumentar la cantidad de agua extracelular, entonces es cuando se hace la retención de líquidos, formando edemas.

Hay diferentes tipos de causas y con orígenes muy dispares. Por ejemplo, enfermedades como la insuficiencia cardiaca, fallo hepático, insuficiencia renal, obesidad, varices, trastornos tiroideos, etc. También puede ser por los cambios hormonales, ya sea en el embarazo o la menopausia, la edad, personas que ocupan ropa muy ajustada, la mala alimentación o por efectos secundarios de algunos medicamentos.

Y… ¿cómo puedo saber si mi cuerpo está reteniendo líquidos?

En ocasiones, la retención de líquidos se suele confundir con el aumento de peso por el exceso de grasa que hay en el organismo, pero para saberlo existe la impedanciometría que  calcula el porcentaje de masa de grasa, de masa magra y de agua que tiene cada persona con el paso de una corriente eléctrica por los diferentes tejidos, calculando las cantidades, dependiendo de los cambios de velocidad que experimente.

Recomendaciones

What To Eat (And Do) To Help Reduce Fluid Retention In The Body
  • Es básico reducir el consumo de sal y aumentar el potasio para mantener el equilibrio hídrico del organismo, ya que las grandes cantidades de sal favorecerán una mayor retención de agua.
  • Se aconseja beber dos litros de agua natural, también té verde ya que es un diurético natural, así como infusiones de cola de caballo y diente de león.
  • Llevar una dieta baja en sodio, evitando los embutidos, los quesos y las conservas.
  • Preferir alimentos diuréticos como la piña, el melón, nísperos, pera, manzanas, apio, jengibre o alcachofas.
  • La dieta debe tener suficientes proteínas, ya que cuando faltan se reduce la producción de albúmina y se acumula líquidos entre los tejidos.
  • Los complementos nutricionales que ayudan a drenar y que son recomendables para esta afección son el potasio, el magnesio, el castaño de indias y las antocianidinas.

Es mejor consumir alimentos naturales, como las frutas, las verduras, las legumbres, las carnes y los pescados frescos. Así leer las etiquetas de los alimentos comerciales y seleccionar aquellos con menor contenido sódico.

Equipo de redacción
Alfonso Martínez
Naturista y fitoterapeuta

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