¿En cuántas ocasiones no hemos sido víctimas del estrés? Nuestra actual realidad es un mundo en el que no dejamos de ver el reloj, vivimos contratiempo. Cuando nuestro cuerpo está en completa tensión influye mucho en las decisiones que tomamos, nuestro actuar, la forma de ver las cosas, lo que comemos o lo que ingerimos.

Cuando estamos estresados no pensamos con claridad, sentimos que nuestra cabeza es una bomba que está a punto de estallar y nos ponemos vulnerables.

Las consecuencias del estrés a nuestra salud pueden ser caída del cabello; defensas bajas, poniéndonos más vulnerables a diversas enfermedades; aumento de la presión sanguínea, las palpitaciones del corazón y las grasas en la sangre (el colesterol y los triglicéridos); elevación de los niveles de azúcar en la sangre (diabetes); aparición de acné u otros problemas o sarpullidos en la piel; ansiedad, depresión, pérdida de sueño y falta de interés en actividades físicas; aumento del apetito y por lo cual un incremento de peso; la falta de control en el consumo de alcohol u otras sustancias nocivas.

Sin embargo, a pesar de que el estrés es una cuestión negativa que altera nuestra salud, hay personas que experimentan consecuencias positivas después de padecer una enfermedad provocada por situaciones de estrés, como por ejemplo:

Madurez personal: Puede llegar a ser una experiencia enriquecedora.

Replantarse el sentido de la vida: Dar importancia a las cosas que antes no se valoraba suficientemente y reconsiderar la vida familiar, laboral y social.

Aumento del sentimiento de autoestima: Valoración optimista de la capacidad personal.

Equipo de redacción
Alfonso Martínez
Naturista y fitoterapeuta

Consultas en línea virtual
Citas al correo naturistaalfonso@outlook.com
Whatsapp +52 1 222 883 0904