Enfermedades del hígado infantil

Los niños no están exentos de enfermar del hígado, pues los niños con enfermedades del hígado no siempre tienen que estar relacionadas a virus. Es decir, que el daño ha sido ocasionado por alimentos, bebidas o medicinas.

Hepatitis medicamentosa

Una de las sustancias que se ha documentado como altamente dañina para el hígado, y muy común incluso sin receta, es la acetaminofén. El daño que se ocasiona es tan frecuente que incluso algunos pacientes han reportado problemas a tan solo 48 horas de uso frecuente de este medicamento. La hepatitis medicamentosa provocada por medicamentos como el acetaminofén, naproxeno, antipiréticos, en general, provocan daños que pueden derivar en cirrosis infantil y la necesidad de un trasplante como la misma página del gobierno de Estados Unidos mediante el Instituto Nacional de Salud, lo refiere en la ficha del acetaminofén «Tomar demasiado acetaminofén puede causar daño hepático, algunas veces tan grave que requiera un trasplante de hígado u ocasione la muerte. Puede tomar demasiado acetaminofén accidentalmente si no sigue atentamente las instrucciones de la receta médica o de la etiqueta del paquete o si toma más de un producto que contiene acetaminofén».

Hepatitis viral

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define así esta enfermedad: «la hepatitis A es una enfermedad hepática causada por el virus de la hepatitis A (VHA). Éste se transmite principalmente cuando una persona no infectada (y no vacunada) comer o bebe algo contaminado por heces de una persona infectada por ese virus. La enfermedad está estrechamente asociada a la falta de agua salubre, un saneamiento deficiente y una mala higiene personal.». Esto quiere decir que cualquier alimento o bebida no tratada con la higiene necesaria puede ser de riesgo para la salud del infante y la hepatitis A, es incluso la más frecuente. A diferencia de las hepatitis B y C, la hepatitis A no causa hepatopatía crónica y rara vez es mortal, pero puede causar síntomas debilitantes y hepatitis fulminante (insuficiencia hepática aguda), que se asocia a una alta mortalidad.

Hígado graso infantil

Al igual que en adultos, el hígado graso infantil cursa con síntomas difíciles de reconocer y solo se puede sospechar principalmente cuando el niño padece obesidad, condición que está relacionada hasta en un 80% de los casos de hígado graso infantil. Aunque también la ingesta de medicamentos puede provocar esta condición. Insuficiencia hepática por alimentos. Muchos alimentos de la dieta de los niños son hepatotoxicos, incluso algunos los vemos como «beneficios para la salud» o así los suelen anunciar las empresas, como el Chamyto o el Danonino que son anunciados para el crecimiento y mejora en el sistema inmunológico cuando lejos de eso son endulzados con edulcorantes como la sucralosa, la cual puede dañar el hígado.

Las papas fritas y Sabritas que contienen glutamato monosódico, los jamones y embutidos que contienen carragenina al igual que los panes para sándwich de pan blanco, los chiles enlatados y su alto contenido en EDTA, chocolates, refrescos y por si esto no fuera suficiente tenemos niños de 10 años que ya engieren bebidas alcohólicas.

Hemos subestimado al niño con su capacidad hepática creyendo que no pueden enfermar y que solo los adultos enferman del hígado y se les ha mal inculcado con respecto a su alimentación.

¿Cómo cuidar el hígado graso en niños?

Aunque suene repetitivo, es muy importante la alimentación de los niños, las golosinas no son parte de la niñez sino en ocasiones parte de la satisfacción del adulto y la idea de éste sobre la niñez, al niño no podemos premiarlo con botanas, bebidas, dulces y panes, pues estamos sentando a un procedente de la mala alimentación para el futuro.

En niños menores de 6 años muchos órganos todavía se están «estrenando», por decir de alguna manera, y no han terminado su madurez, tomar refrescos oscuros es un verdadero reto para los órganos de los niños, el glutamato monosódico presente en las sopas maruchan, comidas chinas, papas fritas no solo son capaces de dañar el hígado, sino también las facultades cognoscitivas del cerebro.

El hígado es donde inicia la vida fetal, pues es en sus inicios hematopoyético y de aquí deriva la sangre inicial fetal y su función detoxicadora inicia desde las últimas semanas de gestación y no deja de hacerlo hasta el último día con los últimos hepatocitos para los casos de cirrosis hepática. Es por esto y más que el hígado es un órgano que también en los niños debemos de cuidar, pues así como nos da vida nos la quita, cuando el hígado enferma la vida se vuelve incompatible con la existencia.

 

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