Castellano: Espliego, Lavanda

Monografía de la lavanda

Hierba vivaz, subarbusiva, de 30 a 90 cm de altura. Tallos semileñosos; ramas sin hojas en la base. Hojas opuestas, sésiles, lanceoladas, estrechas, de color gris verdoso, con bordes lisos. Flores pequeñas, muy aromáticas, de color azul violáceo, agrupadas en espigas verticiladas terminales; brácteas anchas, parduscas, coriáceas, de forma de corazón y terminadas en punta; cáliz con 5 dientes; corola bilabiada, con 5 lóbulos; 4 estambres y 1 estilo. El fruto es un aquenio que encierra una sola semilla, negra y lisa. Florece de julio a septiembre.

Un herbolario contemporáneo descubrió que el perfume del agua de lavanda amansa los tigres y leones de los zoológicos, lo cual no es de extrañar si se considera que la planta se ha empleado desde hace mucho como sedante. Hombres y mujeres de la Europa del siglo XVI forraban con ella sus sombreros para “sosegar el cerebro”, y los herbolarios de entonces recetaban el aceite esencial, que se extrae de las inflorescencias, para aliviar el dolor de cabeza, combatir la apoplejía y calmar las convulsiones. La fama que la planta alcanzó como tranquilizante leve explica la afición de la reina Isabel I de Inglaterra a la mermelada de lavanda, que se preparaba mezclando las flores con azúcar. Los médicos de épocas posteriores prescribían agua de lavanda o lavanda macerada en vino para hacer gárgaras y para eliminar gases intestinales y, en tiempos de la reina Victoria, las damas inglesas tenían siempre a mano agua o esencia de lavanda para olerla cuando sentían que iban a desmayarse.
Si bien pocos saben de los usos medicinales de esta planta, todos la conocen como perfume. Los antiguos romanos aromatizaban con ella el agua con que se bañaban, y es probable que el nombre mismo de la planta proceda del verbo latino lavo, “lavar”. Sin embargo, no fueron ellos, sino los fenicios y los egipcios, quienes primeros usaron la esencia. Con flores de lavanda secas se hacen hoy bolsitas para perfumar la ropa y alejar a las polillas.

Hábitat
Nativa de la región mediterránea, fue introducida en América, donde se ha naturalizado en algunos lugares. En México sólo se encuentra cultivada en escala doméstica; se cultiva bien enjardines y macetas con tierra común y corriente; basta que esté en un lugar soleado y cuente con buen drenaje.

Parte utilizada
La sumidad florida.

Principales constituyentes
Aceite esencial (1%). Según la Farmacopea Europea, el aceite esencial debe contener entre 34-50% de linalol, 16-39% de cineol y 8-16% de alcanfor como componentes mayoritarios. Además limoneno, a-terpineol y trans-a-bisabolol. Su contenido en acetato de linalilo no debe superar el 1,6%.

Acción farmacológica
Al aceite esencial se le atribuye una acción antiséptica y antiespasmódica. Su actividad antibiótica se ha demostrado frente a Escherichia coli y Staphylococcus aureus.
El aceite esencial de lavanda presenta una actividad anticongestiva nasal por su contenido en alcanfor (mucolítico) y cineol (expectorante).
Además, se ha estudiado la acción antiinflamatoria del extracto hidroalcohólico de las partes aéreas en el test del edema inducido por carragenina en experimentación animal, acción atribuida al contenido en cumarina, 7-metoxicumarina y óxido de cariofileno.
Frecuentemente se utiliza como corrector organoléptico de preparados cosméticos y de perfumería, por su agradable aroma canfóreo.

Indicaciones / recomendaciones
Popularmente se utiliza en el tratamiento de la astenia, digestiones lentas, espasmos gastrointestinales, disfunciones hepatobiliares, gastroenteritis, rinitis, faringitis, bronquitis, infecciones dérmicas, heridas, etc. En muchas zonas rurales se la considera una panacea, útil para tratar todo tipo de dolencias.

Posología / modo de empleo
Usos populares: infusión, una cucharada de postre por taza, 2 o 3 tazas al día, después de las comidas, o en aplicación tópica, en forma de lavados o compresas.

Fuente: fitoterapia.net, Secretos y Virtudes de las Plantas Medicinales, Pág. 231.

Equipo de redacción.