Cuando viajo para atenderlos en ocasiones no me da tiempo de comer y créanme que no es ingratitud para conmigo sino que le doy mayor importancia en atenderlos, no es fácil por más que yo practico ayunos no es lo mismo para ser honestos aguantar un ayuno manteniendo un perfil bajo de energía que ayunar sin la voluntad de hacerlo y con una extenuante agenda por cumplir, muchos seguidores a veces me llevan frutitas como la señora Rosalinda cuando estuve en Agua Prieta, otros me mandan guisaditos, antojitos, ensaladas como mi paciente Blanquita de Monterrey o el delicioso hummus de garbanzos que me preparó y envió Karina Isabel esta vez en Monterrey así que comida no falta pero a veces falta tiempo; no escribo este post para quejarme sino para decirles que es lo que me hace muy fuerte que algunos días he pasado más de 30 horas sin alimento.
En Querétaro vino a verme una paciente con mal de Parkinson joven a quien daré todo para ayudarla.
En San Luis Potosí vino a verme mi paciente el Ingeniero Jaime quien siempre me gasta más de una broma y con quien me siento bien de responderle con un vacile respetuoso, le aprecio pues lo recibí hace meses con un diagnóstico casi fatal y ahora lo veo feliz, juega y bromea pero sobre todo tiene grandes esperanzas, planea el futuro y me recibe siempre con un abrazo y una sonrisa, más tarde vi a dos pacientes a quienes le tengo mucho cariño y ellos lo saben, a donde vaya ellos me siguen y son Luis Armando y Moisés una pareja de amigos magníficos.
Durante mi visita en Monterrey mucha gente vino a verme de otros estados entre ellos la señora Aracely Cruz quien viajó muchas horas para conocerme finalmente y poner su salud en mis manos, desde Reynosa pacientes que vencen el peligro para poder llegar a su consulta, desde Meoqui Chihuahua pude conocer a don Ramón a quien atiendo desde el 2013, a su hija y su inteligente nieta, dos pacientes viajaron desde New York, las señoras Bertha y Bertha con quienes nos tratamos con tanta confianza, ver de nuevo a Jesusita quien antes estuvo sentida conmigo pero ella sabe que le tengo mucho cariño, revisar sus manitas y ver su esclerosis que ha ido disminuyendo, a mi paciente Blanquita quien me alimenta no solo el estómago pues cada vez que llego siempre me manda gorditas vegetarianas sino también me alimenta el espíritu con sus anécdotas y su platica que es siempre larga, ver a su familia y tener la oportunidad de atender a su esposo y poder ayudar a mejorar el entorno familiar, ver a mi pacientita más pequeña la bella Jazz quien me ha abrazado, bailado y besado al despedirse; esta pequeña me ha tenido muy atento en vigilancia y preocupado por su salud pero finalmente va adelante y va bien y así muchos pacientes que tal vez me paso la noche escribiendo; y a todo esto ¿Creen que el hambre me detendría? como dije antes no es queja es explicarles que cuando la mirada la tenemos puesta en una misión no existe nada que pueda detenernos pues el bien supremo es la salud de los demás.
Claro esas frutitas que me dan y el vasito de agua, el dulce de amaranto que en un descuido pongo en mi boca ayudan pero lo que da mucha fuerza son ustedes mismos

Alfonso Martínez
Naturista y fitoterapeuta.